martes, 6 de julio de 2021

DISCURSO DE DESPEDIDA POR JUBILACIÓN DE Mª ÁNGELES CABANES DE LA OSA.




MI DISCURSO EN EL ACTO DE HOMENAJE DEL AYUNTAMIENTO DE TOMELLOSO A DOCENTES JUBILADOS EN EL AÑO. LUNES 21 JUNIO 2021

 

SALUDOS:

Señora alcaldesa, autoridades, compañeros homenajeados, familiares, padrinos y madrinas, amigos todos.

AGRADECIMIENTO A PADRINOS:

Gracias Raquel y Rodrigo por vuestro cariño.

Raquel, una de mis primeras alumnas. Siempre tan inteligente y cariñosa, tan divergente y creativa. Tan abierta al mundo y tan generosa. Tú padeciste mis inicios en infantil y mis inconformidades con las formas de enseñar habituales. Pero creo que también te divertiste conmigo. Me alegra saber de tus andanzas y de tus éxitos personales y profesionales. Tú te lo mereces y espero que la vida te sea justa.

Gracias, Rodrigo. Tú has formado parte de la última clase que he tenido. Has sido mi apoyo  cuando, al explicar, la conducta de algún inquieto compañero o cualquier otra circunstancia, me distraía. Me ayudabas a retomar el hilo, a corregir alguna equivocación despistada. Siempre tan atento, tan inteligente, tan curioso por el saber y tan callado en clase (menos con Jorge, tu querido amigo). Estoy segura que conseguirás regatear los problemas de la vida, igual que lo haces con el balón y en los juegos del patio. Llegarás muy lejos. Mantenme informada, por favor.


MIS INICIOS Y MI FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN:

Cuando, tras el bachillerato y COU, tuve que elegir qué estudiar, mi padre tuvo claro que sería lo que yo quisiera, ...pero que lo hubiera en CR.

Entonces, solo había tres alternativas: enfermería (sangre), ITA (campo) o magisterio (niños). ¡¡¡No me gustaba nada!!! Yo quería ser Bióloga en Madrid (microscopios, nuevos mundos desconocidos, ciencia, …) O ser artista (creatividad, escenarios, arte, brillos...) Así que tuve que elegir. Mi maestra vestía mejor que la mayoría de las mujeres, se maquillaba y usaba tacones a diario y tenía criada. ¡¡Decidido!!

Pero no sabía lo que me esperaba.

¡¡¡Infantil!!!: mocos, lágrimas, raspones de rodilla, enseñar la A, el 1, ... ¡Qué agobio! ¿¿¿Y así toda mi vida???  Todos a la vez llamándome porque no saben para dónde mira el 2, porque le han pinchado con el punzón, porque se acuerdan de su mamá, ... Recuerdo al inicio de mi trabajo en el Moral, un día de septiembre, con más de 30 alumnos de 4 años, recién metidos todos a la vez, con calzador, desde sus casas al colegio sin anestesia (entonces no había entrada escalonada como ahora, que la hacen hasta en el Instituto. Esa entrada la peleamos, ilusionadas, un grupo de maestras a alguna de las cuales veo sentada por ahí); llorando por contagio media clase y haciendo pucheros la otra mitad, ... Yo, sin saber qué hacer.... Pues me puse a llorar con ellos. Tb yo me acordaba de mi mamá. ¡Como ahora!

Conseguí descubrir la metodología por rincones y por proyectos y convertí mis clases en mi teatro personal. Establecí el tandem que quería que rigieran mis clases: ESCUELA unida a la VIDA, ARTE, FANTASÍA, CONOCIMIENTO, EMOCIÓN. Quería transmitir a mis niños la idea de ser el eslabón perfecto. Tan pequeño, pero tan imprescindible. Con una mano agarrando el pasado. Con la otra mano, agarrando el futuro. Aprendí a usar la ilusión y la emoción como herramientas imprescindibles para enseñar; a escuchar a los niños; a entender sus necesidades; a comprender que sólo se puede aprender la abstracción de la M con la A, MA, y con otra MA, MAMÁ, si se tienen cubiertas las necesidades primarias de AMOR Y SEGURIDAD.

Entendí cuán importantes son los primeros años de la vida del hombre, las personas que los educan, las ideas que los mueven, las experiencias que los impregnan, los sentimientos que los abrazan. Y sentí la honda responsabilidad de estudiar, de formarme, de buscar maneras de entender, de comunicar y de vivir. Y me vi como el espejo donde iban a mirarse esos niños y quise devolverles la mejor imagen de la Humanidad, con la pureza de la infancia y la sabiduría del anciano; sin distorsiones de religiones ni políticas.  Y sentí la necesidad de formarme y crecer como persona. Y adopté como filosofía de mi trabajo y de mi vida los Derechos Humanos. Y me hice adalid de la palabra que debería mover el mundo como única bandera: RESPETO. Sólo el respeto serviría para eliminar todos los problemas de la Humanidad.

Y entonces, empecé a ilusionarme, a ver que ese era mi destino, mi bello destino del que antes renegué. Entendí cuál iba a ser mi pequeña contribución al mundo. Y, de pronto, mi vida cobró sentido. El pequeño eslabón Mari Ángeles comprendió para qué servía.

El Moral, mi Moral, me acunó y se convirtió en mi casa. Me acompañó en mis fracasos y en mis triunfos. Me vio divertirme, enamorarme, tener mis amados hijos, los acurrucó también a ellos y les enseñó que no son buenas las burbujas que te aíslan de la maldad, porque te impiden acceder a la bondad. En mi Moral sentí la vida y la muerte. La risa y las lágrimas. La amistad. Aprendí el valor de la resiliencia, del esfuerzo, la creatividad. Sentí la necesidad de abordar al alumno atendiendo a su formación en todos los aspectos de su existencia, trascendiendo lo puramente curricular, sintiendo que en la escuela, junto con la familia, se asientan los cimientos vitales del individuo, siendo transmisores de valores universales y atemporales. La escuela debe mirar al niño como parte del engranaje de la sociedad, pero también como individuo. Por eso, sería necesario buscar metodologías que consigan adaptarse a cada uno. Y por ello, será fundamental que todos los ciudadanos exijamos a los políticos que hagan un ejercicio de generosidad y de mirar más allá de su propio ombligo para ponerse de acuerdo en redactar una única y definitiva ley de Educación Española,(yo he visto pasar 7 u 8: mismo perro, distinto collar) atemporal y universal, sin ideologías sectaristas,  basada en la formación integral del individuo, que transmita valores tales como el respeto, el esfuerzo, la solidaridad, individualidad, divergencia,… y consiga empapar al niño con la necesidad y el placer por aprender.

Es necesario adaptarse a los nuevos tiempos digitalizados, pero especialmente a las nuevas formas de aprendizaje y expresión. No basta con repetir lo mismo que hicieron con nosotros, sino mirando al futuro. Y, sobre todo, formar a los orientadores y maestros en la detección y abordaje de las diferencias, porque se evitaría mucho sufrimiento a Niños y familiares si fuéramos capaces de saber manejar dislexias, bullings, altas capacidades, autismos, ... Los maestros deberíamos comprometernos a mantenernos actualizados como lo hacen los médicos. Pero no sacando el tiempo de nuestra vida personal y de nuestro bolsillo, como hasta ahora, sino formando parte de nuestro horario laboral, como ejercicio de responsabilidad con las generaciones que vendrán.

 

UNA DE MIS PASIONES:

Otro de los pilares que han regido mi trabajo ha sido el amor a la lectura. Desde que llegué al Moral, unas veces acompañada por otra maestra y la mayoría sola, me hice cargo de la Biblioteca Escolar. La escuela debería usar la lectura lúdica (insisto, lúdica), como herramienta ilusionante para conseguir sus objetivos curriculares. Pero sólo obligar a leer y luego exigir cuentas sobre lo leído es el mayor repelente con el que se topa la lectura en los centros educativos. Poner las bibliotecas como sala de castigo (y sé de lo que hablo) o refugio de niños acosados, abrirlas solo en los recreos, pero con los libros bajo llave, es casi un insulto a la sabiduría ancestral de la palabra escrita. La administración ha tenido mentalidad pacata con la lectura (por ignorancia) y tampoco ha hecho mucho por ella, ya que sólo concede una irrisoria cantidad de tiempo para la dinamización de las bibliotecas y eso ha contribuido a que los maestros no le hayan dado importancia a esa maravillosa herramienta.

La biblioteca del Moral cuenta con más de 8.000 ejemplares y cerca de 500 lectores por semana. Agradezco a mis compañeros el mejor regalo de jubilación que podrían haberme hecho, reconociendo mi trabajo en ella y las muchas horas de mi vida personal que le he dado a esa pasión, más que trabajo. Es casi lo que más echo de menos ahora. Es un orgullo que todos los alumnos me conozcan por esa labor y, en alguna ocasión, algún crío de los que sólo me conocen por esa función, me haya dicho: ¡hola, biblioteca!

 Los préstamos, teatros, el club de lectura, los certámenes literarios, las recopilaciones de catálogos adaptados a las distintas edades, el blog de la biblioteca, los bibliorrecreos, ... me han dado mucho trabajo, la mayoría de mi tiempo personal, pero muchas satisfacciones. Ver cómo se llenaban las casas de nuestros alumnos cada semana de libros de nuestra biblioteca escolar, casas que no accedían de otro modo a la lectura. Saber que de aquí salió un grupo de teatro local, que se mantiene aún, el cual empezó con unas madres de mi clase a las que “casi obligué” a que restauraran el viejo teatrillo, que hicieran los muñecos de guiñol y que representaran las obritas a sus hijos, ... Y que posteriormente, en alguna ocasión recurrieron a nuestra biblioteca para buscar sus libretos para nuevas representaciones. O que antiguos alumnos vinieron a ella para conseguir los títulos que les mandaban en el Instituto, ... Es un orgullo.

Gracias a la vida por esta oportunidad de aportar un granito de arena en las vidas de un puñado de personitas, para intentar mejorar las generaciones venideras.

Si en algo fallé, fue sin intención y pido disculpas.

GRACIAS POR VUESTRO TIEMPO Y VUESTRO CARIÑO